jueves, 15 de julio de 2010

A Proposition (Parte 3)

Cerré la puerta con cuidado, era muy antigua y una mínima ráfaga de aire podría destrozarla. El olor a libro antiguo hizo que me atragantara con mi propia saliva, pero una vez que se me pasó el ataque de tos provocado por ello, fui a una de mis estanterías favoritas. La que hablaba de todo lo sobrenatural.

Indagué buscando algo nuevo que no hubiera leído peor siempre acababan en mis manos los mismos libros. Nunca me había subido a la escalera, tenía demasiado pánico a subirme y abrirme la cabeza en un descuido. La idea de pedírselo a Selenia estaba descartada desde un principio, seguramente me prohibiría los que quisiera leer, así que no era una opción. Me quedé mirando hacia arriba, todos los libros que había y que aún no les había echado un ojo. Tomé valor y con las piernas temblorosas cogí una de las escaleras, la que estaba en la esquina más próxima y la acerqué hasta la estantería. Conseguí subir los primeros diez peldaños, pero de ahí no pasaba, y ahora también me daba miedo bajar, me había quedado atrapada.

-Genial, Al. Te has lucido- dije mientras trataba de bajar un peldaño.

Avergonzada, no tuve otra opción que gritar para que alguien viniera.

La puerta no tardó mucho en abrirse, tras ella Ethan y un soldado parecían exhaustos.

-¿Qué ocurre mi… Alesana?- dijo Ethan titubeante.

-¿Acaso no lo ves? No puedo terminar de subir porque me da miedo, y ahora no puedo bajar por el mismo motivo.

Dando un fuerte suspiro de alivio se acercó a mí, me copio y me dejó en el suelo. El joven era más fuerte de lo que parecía aunque, cualquiera hubiera podido conmigo, era un peso pluma total.

-¿Que hacía ahí subida?

-Quería mirar la zona de arriba de la estantería. Todos los que pudieran interesarme de abajo ya me los he leído.

Ethan sonrió con suavidad, igual que yo había hecho no hace mucho. Se subió hasta lo alto de la escalera y empezó a decirme nombres, pero ninguno captaba mi atención. Estaba a punto de rendirme y buscarme otra afición hasta que digo “Los Changes: Una vida sin concretar”. Mis ojos se cruzaron con los suyos. Deseaba que me lanzara ese libro sin embargo, a pesar de ver la emoción en mis ojos volvió a guardarlo. Eso me encolerizó.

-¿Qué haces? Quiero leer ese.

-La señora Selenia no lo permitiría, lo siento.

-Por favor, Ethan. Necesito leerlo.

-Lo siento mucho Alesana, pero… sabes que podría ocurrirme.

-Te recuerdo que yo también soy tu señora, así que tengo el mismo peso que ella.

-No. Selenia es muy posesiva y dirá que el poder es suyo, al menos de momento. Además, ella tiene pruebas para decir que ella es mi señora, ya que es la reina. Sin embargo, por mucho que me pese, usted no tiene nada a favor, solo la palabra, y por lo tanto Selenia diría que solo debería obedecer sus órdenes.

No me podía creer que Selenia fuera tan ruin. En realidad si me lo creía pero lo odiaba tanto que parecía una broma de mal gusto.

Tenía que convencer a Ethan antes de que se bajara, entonces se me ocurrió una idea.

-¿Quién te ha dicho que vaya a tener los derechos sobre ti también? Estás hablando con la futura esposa de tu reina

1 comentario:

  1. Jo, no pude comentar tu anterior entrada porque estaba muy ocupada deprimiéndome por las esquinas por mi horrible y poco deseado cumpleaños... mi pequeña crisis de los cuarenta pero veintiun años antes xD
    En fin, que advertencia de contenido ni que niño muerto, a este blog habría que ponerle dos rombos... o tres! Un gran capítulo. Bienvenida al club de los lemmons pornosos.
    En cuanto a este, me gusta conocer nuevos personajes y también me ha gustado cómo lo dejas al final. Me ha parecido ver un destello de la pequeña Kyoko asomando de los labios de Al.

    Un beso! <3

    PD: Mañana me las pagarás por... no sé, sinceramente no me acuerdo, pero en la multiconver te has metido con Shinichi. Bueno, es que le habéis dado palos por todos lados al pobre. Así que mañana me vengaré.
    He dicho.


    Love u~

    ResponderEliminar